Gastronomía y tradiciones

Son de destacar las virtudes gastronómicas de la uva de Moriles, además del vino considerado de los mejores en su estilo, la uva complementa a la sopa de gato, con rebanadas de pan, aceite crudo, sal y cocido en lenta cocción y que se acompaña con dulces uvas para satisfacer el paladar de la mezcla dulce-salado.

De platos fríos, los más típicos son el “picaíllo de tomate”, al que se le echa huevo duro y abundante aceite, muy bueno para mojar sopas. El picaíllo de viandas se lo llevaban los trabajadores al campo con los condimentos en una caña. El salmorejo, comida muy típica en época estival, lleva aquí una guarnición especial; se le suele trocear encima cascos de tomate, habas verdes y jamón y es muy propio acompañarlo con patatas fritas gruesas.

Otros platos de gran tradición en Moriles son: “la naranja picá” con bacalao, aceite y cebolleta.

Los revueltos de habas con cebolleta y “las flamencas” que se preparan igual que los flamenquines pero en lugar de llevar jamón, van rellenas de gambas.

Los Viernes de Cuaresma en que la abstinencia sigue siendo una tradición en Moriles, destacan los platos que tienen como base el bacalao. Y así podremos ver en cualquier casa guisos con patata, fideos y bacalao; arroz, papas y bacalao; o las patatas con garbanzos y bacalao. Por Semana Santa, las cofradías hacen potajes con bacalao frito. También son tradicionales en tales fechas las albóndigas de pescado, salmorejo y ensaladilla rusa.

Como dulces típicos tenemos los mostachones, roscos de galleta, magdalenas caseras, pestiños y galletas rellenas.